miércoles, 15 de diciembre de 2010

En memoria de Maite Romero


El pasado 25 de noviembre, tras una larga lucha de más de tres años contra el cáncer, murió Maite Romero.
Nacida en Monleras hace 56 años, hija del médico D. Santiago y Dª. Enriqueta, aunque su familia se trasladó cuando aún era niña a la ciudad, siempre se sintió hija del pueblo, al que guardaba un afecto especial, y mantuvo las relaciones de amistad con sus compañeras de escuela. El pasado verano, en el hermosísimo pregón que escribió para proclamar las fiestas de verano, evocaba sus recuerdos de infancia y se emocionaba al traer a la memoria los paisajes, lugares, personas, experiencias, aprendizajes y valores de la vida en el pueblo, que ella supo aprovechar en su crecimiento personal.
Sus visitas a Monleras se hicieron más frecuentes en los últimos seis años en que ejerció el cargo de delegada de Manos Unidas en Salamanca -llevaba más de dieciséis años colaborando con esta ONG que promueve proyectos de desarrollo en países del llamado Tercer Mundo-, en voluntariado y en total gratuidad, dedicando su vida a la causa de los más empobrecidos del mundo. Todos la recordamos presentando con convicción la campaña y exponiendo con sentido entusiasmo el proyecto concreto al que iría destinado el dinero recaudado en la operación bocata que cada año organizamos en nuestra comunidad de Monleras. Al menos pudo celebrar la concesión del galardón Premio Príncipe de Asturias de la Concordia a esta organización tan querida para ella.
El cáncer fue una dura prueba para el último trayecto de su vida. Lejos de rendirla, pareció darle aún más fuerza para entregarse a su labor humanitaria y para trascender el dolor, abierta a una espiritualidad creyente y esperanzada. Cuantos la conocieron se sorprendían de su entereza y la paz interior con que vivió ese calvario. El testimonio de su muerte sencillamente ha sido tan coherente, tan firme, tan luminoso como el de su vida entera.
Desde Monleras, y en nombre de todo el pueblo, expresamos a Maite nuestra gratitud y nuestro cariño.